Pasaporte Covid. Permiso para vivir. Francisco Martínez Peñaranda.

Quisiera aprovechar este espacio que se me ofrece, para hacer una breve reflexión o quizás un desahogo.

No sé si ustedes son más o menos conscientes de lo que está sucediendo en la actualidad y de lo gravísimo que es. Lo peligroso que es. No sé si son conscientes de que estamos en una guerra de nadie entre la libertad y el derecho. El derecho y la libertad. Y esta batalla es la que se está librando en estos momentos en occidente.

Estamos ante lo que los politólogos americanos llaman el Security State.

A los gobernantes les encanta este sistema del Security State.

Consiste en que el pueblo les entregue la libertad a cambio de que ellos garanticen nuestra seguridad.  La frase que nos repiten es la siguiente: “Estamos limitando su libertad, para garantizar su seguridad”.

Esta es la frase. Y lo más grave es que la gente lo hace encantada. Obedientes como corderitos. Aunque gracias a Dios no todos estamos dispuestos.

La historia en muy antigua y ocurre desde la noche de los tiempos, resulta que el deseo de aglutinar el poder político y religioso, es lo que todos los sátrapas buscan y pretenden pero las connotaciones de la historia reciente tiene en cierta medida su singularidad.  Con la revolución industrial comenzaron a aparecer grandes fortunas, la bolsa, la especulación, y se fue gestando, lo que hoy es, La City en Londres y su hermana gemela World street en Nueva York. Y este poder económico fue sustituyendo al absolutismo y al poder religioso de gran influencia en otro tiempo.  También, a partir de la revolución francesa los monarcas fueron cayendo paulatinamente, por efecto contagio o pasando a tener un poder cada vez más limitado y simbólico.  De este modo el destino de los pueblos en la cultura occidental empezó a estar cada vez más influenciado por las élites que controlaban el nuevo poder sobre la tierra, que ya no era político, ni militar ni religioso, sino el poder puramente económico.  

En los últimos pasos de toda esta historia, el resultado es que ya ni tan siquiera los que ostentan el poder son los que controlan los medios productivos, si no que hace ya años que se dio un paso más y ahora son los poderes especulativos, los grandes grupos financieros, los fondos de inversión, sin alma ni corazón, los que mueven los hilos del mundo.

Las democracias modernas son una entelequia, casi sin contenido. Los gobernantes son promovidos y  financiados por estos grupos de poder, que controlan sus campañas electorales a través de los medios de comunicación de su propiedad, hace apenas treinta años entre 25 y 30 medios de comunicación se disputaban occidente, hoy día solamente 5 grupos controlan todo y además están participados por los mismos inversores y en mayor o menor medida, son vasos comunicantes. Y si sale un líder que intenta ir por libre, inmediatamente intentan neutralizarlo.

Por otro lado, están los organismos supranacionales, que pretenden ser los guías del mundo. Financiados y sostenidos por estos capitales. Con sus recomendaciones, sus leyes que no son vinculantes pero cada día más condicionantes y sus políticas invasivas en todas las esferas de la vida pública y privada, en cada una de las naciones a las que llegan sus tentáculos.  No existe ninguna ayuda financiera al desarrollo para ningún país que no esté condicionada por la exigencia y el chantaje, de cumplir una agenda impuesta por estas élites que controlan los organismos internacionales.  Ellos marcan las directrices y cada vez más, los pueblos van siendo esclavos de sus caprichos e intereses. De modo que este poder económico es cada día más y más, gigantesco y poderoso.

Y esto que les estoy contando, y que parece un cuento chino, es exactamente así, por increíble que parezca. Y como parece increíble, muy poca gente quiere escucharlo y prefieren taparse los oídos y no saberlo.  Estos fondos de inversión especulativos, son dueños de los medios de comunicación y de las industrias farmacéuticas, de las redes sociales y de la cultura. Porque no nos olvidemos que en este momento, el ministerio de cultura de los Estados Unidos está en Holligood, ahí está la factoría de las ideas. Ahora en manos de estos magnates. Hasta los dibujos animados de Disney ya están ya en su poder. Epi y Blas han resultado ser pareja sentimental y dentro de poco Blanca Nieves denunciará por violencia de género a los siete enanitos, y si no, tiempo al tiempo, que todo se andará. Y a este punto hemos llegado.  

No quieren por tanto solamente nuestro dinero, ni nuestro trabajo, ni los medios de producción. Quieren nuestra alma, nuestras vidas, nos quieren a nosotros. Las élites globalistas, llevan años gestando todo, están creando una nueva religión, para demoler todo lo antiguo y llevarnos a lo que ellos llaman la nueva normalidad. Que es, un mundo nuevo, controlado por ellos en todos los aspectos de la vida. Todos, significa, todos. Su agenda es ni más ni menos que esto. Un reseteo.

He viajado muchas veces a China porque he tenido negocios allí y podría contar y describir con mucho detalle, lo que significan los créditos sociales. Es un sistema de control de los individuos según se comporten y obedezcan al sistema. Una base de datos donde todos los movimientos y los actos de la vida de cada ciudadano están registrados, premiando o castigando según las directrices del Estado.  Este modelo, les mola mucho a los poderosos y pretenden implantarlo en Occidente.  Lo que quieren es el control.

A ver si nos enteramos. No está hecha la vacuna para el virus, sino que el virus se ha hecho para la vacuna.

Y a ver si nos enteramos de una vez, la vacuna no es el final de la historia. Lo que quieren es el Pase Sanitario. El Pasaporte Covid.

El pasaporte Covid no es para que la gente se vacune. Es justo lo contrario. La vacuna es para que la gente se haga el pasaporte Covid. Lo que quieren de nosotros es, el QR que cada persona lleve su QR, y nos están educando a llevarlo con este método.

Porque ahora el pretexto será una crisis sanitaria, mañana será una crisis energética, más adelante una crisis o una emergencia climática, lo que sea, eso es lo de menos.  Y siempre con las emergencias tendremos que tener el QR,  el pase que dirá, si somos buenos o malos ciudadanos. Y nos darán créditos para vivir, para salir o entrar. Tú pasas, tú no pasas y te quedas fuera, tú viajas, tú no viajas, tú trabajas, tú no trabajas, tú comes esto o lo otro y tú no podrás hacerlo, si no tienes permiso. Si tus créditos sociales no te lo permiten no harás esto o aquello.

Y lo que se está introduciendo con esta pandemia, es llevar a la población a este sistema de créditos sociales. Esto es un sistema conductista, del premio y el castigo. Estas élites, son como un dios, que premia a los buenos y castiga a los malos ciudadanos, es una nueva ética social, si comes carne o no, si tienes hijos o no, si contaminas mucho o poco. Ellos te evalúan y ellos te puntuarán en su inmensa base de datos.  Y eso solo es parte del proyecto. Eso no es nada. Eso es solo el aperitivo.

Si estimado lector. A los gobernantes les encanta este sistema. El Securty State. Para que les regalemos nuestra libertad.

Si, si Francis, dirán algunos, pero estamos ante una emergencia sanitaria. La gente muere, hay féretros en la televisión y las UCIS están, colapsadas etc. Ha habido ya en el mundo cinco millones de muertos por el COVID. 19

¡Y qué! En el 2005 hubo más muertos en España por gripe estacional, gripe normal que en este año de pandemia. Por cierto la gripe después de mil años, ya ha desaparecido por arte de biri birloque. ¡Qué cosas pasan! Y además ha habido otras pandemias, la gripe asiática, la llamada gripe española mató a 150-200 millones de personas. No como ahora, 5 millones oficiales y con cifras engordadas. Si no que hubo casi 200 millones. Y jamás ningún gobernante se atrevió a encerrar a 45 millones de españoles en sus casas, a 80 millones de alemanes, a 60 millones de italianos, 65 millones de franceses, 70 millones de británicos etc., etc., etc.  Y no solo eso, impedir los funerales, cerrar las iglesias, cerrar los colegios, el Congreso de los Diputados etc., etc., etc. Y todos perfectamente coordinados en todo Occidente. ¡Qué cosas pasan!

Lo que estoy diciendo es muy serio. Olvídense de la democracia. A muchos presidentes los han promovido y financiado sus campañas, los han colocado quienes los han colocado. La democracia es una ilusión. Un juego, al cual nos dejan jugar, hasta que ellos decidan. Y esto es lo que están haciendo y además nos lo dicen a la cara sin ningún recato, sin esconderse. En el Foro de Davos lo han dicho sin pudor lo que ocurre es que nadie lo escucha o nadie lo cree. Lo han dejado por escrito y nadie lo quiere leer ni creer. Les sobra mucha gente y están reajustando la fábrica. Es lo que se llama el gran reseteo. El mundo les pertenece.

Y nadie ni nada se puede oponer a esta nueva doctrina. Es una revolución total. Es una apisonadora global.

Yo me hago la pregunta. ¿A ver qué universidad se atreve a organizar una conferencia que cuestione la nueva religión y sus dogmas? ¿Algún valiente rector o catedrático, se enfrenta o cuestiona el feminismo? ¿O la ideología de género? ¿Algún colegio, incluso religioso con ideario propio, se atreve a resistir frente a la religión dominante? ¿Algún sacerdote en su homilía? ¿Habrá dos o tres en una diócesis? ¿Habrá tres o cuatro obispos en una nación como España donde hay más de cien obispos? ¿Alguno más se opone a lo políticamente correcto? Me parece a mí, que no. La apisonadora global, es inexorable. Y nosotros aceptamos la censura, y aceptamos la persecución de los disidentes, así tal cual como si no pasara nada.

Sea verdad o sea mentira, ¿Por qué no dejan que los disidentes se expresen en medios oficialistas? ¿O en redes sociales relevantes?  Si lo que dicen es una tontería, ya quedarán en ridículo. ¿Por qué se lo impiden? ¿Por qué los sancionan y expedientan? ¿Nadie  se hace esta pregunta?

Si somos muchos en el planeta, porque nos hemos reproducido mucho, nos convencen de que la Madre Tierra, la pacha mama, sufre mucho y grita de dolor y ya no puede soportar tanta agresión. Y nos convencen de que sobramos. Pero ellos no sobran, sobramos nosotros, claro, ellos y sus hijos no sobran, sobran los míos y los tuyos.

Decía Chesterton, si alguien te dice que sobra gente en el mundo, pregúntale, si él se encuentra entre los que sobran y si te dice que no. Pregúntale, que como lo sabe.

En fin, y en resumen, estos son unos angelitos. Y es lógico que como estudian todos en Harvard.  Hacen Harvaridades. Es lo suyo.

Y ahora seguramente, algunos pensaran, que niego los muertos, que niego los féretros, las noticias de las UCIS  a rebosar etc. Va a resultar que soy un negacionista o algo así.

Estimados amigos, la mentira no está en lo que nos cuentan, está en lo que nos ocultan. Y no diré más. Porque ya me conozco esos trucos de trileros, esos argumentos falaces.

Ciertamente a los gobernantes les gusta mucho el sistema de Security State. “Estamos limitando su libertad, para garantizar su seguridad” Les encanta. Y lo peor de todo es que la mayoría traga sin rechistar y como chivatos colaboracionistas nos acusan a los que no aceptamos esta imposición. A veces me he llegado a preguntar: “Si esto es una pandemia o un test de inteligencia”.

FUENTE: Diario Digital Adelante España.

Por Libertas

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