POR ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

Creer que los actos inhumanos que se cometieron mediante la eugenesia y eutanasia en el siglo XX, son cosa del pasado, es ser unos ingenuos.

No pensemos que estamos muy lejos de las ideas que, por ejemplo, en la Alemania nazi sustentaron el genocidio que se llevó a cabo. No pensemos que nuestra sociedad se distancia de esa mentalidad asesina.

Nuestra sociedad tiene totalmente aceptada la cultura del descarte que unida al relativismo son la perfecta bomba para asumir que hay vidas por las que no vale la pena luchar para que vivan.

Las declaraciones del ecologismo radical, el general Maxwell Taylor, son muy esclarecedoras para entender esta mentalidad: “Yo he tachado ya a miles de millones de personas. Gente que está en sitios en África, Asia y Latinoamérica… no podemos salvarlos. La crisis de población y la escasez de alimentos nos dice que ni siquiera lo deberíamos intentar. Es una pérdida de tiempo…”1.

¿Acaso pensamos que las élites filantrópicas quieren exterminar la pobreza de los países en vías de desarrollo? ¿Acaso sus aportaciones para la salud y la educación, no van condicionadas a que se implanten allí los métodos anticonceptivos, los abortos, la esterilización y se convenza a las familias de que tengan menos hijos, o ninguno?

En esos países los utilizan como conejillos de laboratorio para inocularles vacunas que los esterilizan, los enferman o matan. De hecho, el aumento de enfermedades tras las vacunas masivas es proporcional. ¿Casualidad?

Sin duda son métodos eugenésicos encubiertos porque no quieren a los pobres, tan sólo necesitan un pequeño porcentaje para que trabajen para ellos, y los demás les sobran. Es más, dentro de pocos años, cuando las máquinas sustituyan a las personas, ya no serán necesarios.

La eugenesia que se llevó a cabo, especialmente en su máxima muestra más cruel durante la segunda guerra mundial, no cayó en el olvido. Sus defensores, al darse cuenta de que los términos asociados a la eugenesia, la higiene racial, así como la superioridad racial o genocidio, estaban siendo fuertemente rechazos, idearon una metamorfosis. Fue cuando comenzó a llevarse a cabo de un modo encubierto utilizando métodos sofisticados de difícil sospecha: la biología molecular y el estudio del ADN.

Mediante estas técnicas se podrá elegir a la carta cómo se quiere un hijo, se podrá erradicar cualquier clase de enfermedad hereditaria desde su misma raíz, se podrá modificar al gusto el núcleo vital: el ADN. Esta técnica si bien puede resultar altamente beneficiosa, está supeditada a los principios morales que nos pueden llevar a emplearla para un bien superior. Sin embargo, nuestra sociedad carece ya de esos valores superiores e inviolables. Y si las personas que dictaminan para qué fin emplearlo no tienen el mínimo de principios morales, el resultado es evidente.

Actualmente ya es un hecho que encontremos técnicas que se emplean con fines eugenésicos, pero que la sociedad ni tiene en cuenta ni se ha parado a pensarlo. Se han normalizado y aceptado. Tal podría ser:

– El diagnóstico prenatal.

– La exploración fetal.

– La orientación genética.

– El control de la natalidad.

– La fecundación in vitro.

– La ingeniería genética.

Podemos observar prácticas eugenésicas, si nos ponemos a analizar más detalladamente, en el número de niños inocentes que son asesinados en el vientre materno porque se les ha diagnosticado Down2 (diagnósticos, por cierto, en numerosas ocasiones equivocados como evidencian los casos existentes). ¿No es acaso una selección humana? ¿No es acaso un desprecio a los enfermos, los débiles?

El cuidado de la salud ha sido el pretexto para llevar a cabo su plan neomalthusiano de reducir la población. Medicamentos, vacunas… todo un negocio bien montado. Sin olvidar los negocios de los abortos que suministran tejidos para dichas vacunas, así como para cosméticos, entre otros usos.

Ya no consiste en una eugenesia que se centre en concreto en personas de una raza o con una enfermedad determinada. Ahora la idea es exterminar al mayor número de personas, porque nosotros somos la raza inferior, los no aptos, y ellos son los superiores, las élites que merecen vivir con todo lujo. Nosotros sobramos para que ellos puedan disponer de más recursos y más poder.

John F. May, ex empleado del Banco Mundial, llegó a afirmar en el año 2012 que las campañas de vacunación estaban vinculadas al control demográfico.

Durante 10 años este señor trabajó de demógrafo para el Banco Mundial, por lo que sabía lo que decía en la entrevista en la que hizo estas declaraciones:

“Las campañas de vacunación, especialmente las llevadas a cabo en los llamados países de fecundidad alta, son medios para lograr la reducción de la población en esas naciones”3.

Bill Gates, durante una conferencia en TED, en el año 2010, tuvo unas declaraciones muy reveladoras que cobran todo el sentido ahora: Disminuir la población mediante un buen trabajo con las vacunas4

¿Qué más pruebas necesitamos?

Actualmente en España se acaba de aprobar la ley de eutanasia. ¿Hemos visto debate social sobre el tema? ¿Acaso han contado con la opinión de especialistas para contrastar opiniones? ¿Vemos a la sociedad preocupada por esta ley? ¿Hay alguna ley de cuidados paliativos previa? NO, directamente, la opción más ventajosa es quitarse de en medio al que ya no sirve, pero envuelto de un manto de solidaridad como suelen hacer.

Durante la pandemia tampoco han faltado muestras de la falta de caridad hacia los más vulnerables. A cientos de ancianos se les ha dejado morir en las residencias sin una debida asistencia sanitaria como se ha podido demostrar5. Incluso en los protocolos, en pleno auge de crisis sanitaria, en ciertos hospitales, tenían como norma ofrecer los respiradores a los que tenían más posibilidades de seguir con vida, es decir, los más jóvenes… Y eso sin analizar ahora que los respiradores fueron un enorme error que provocaron mucho más mal que bien, y que, precisamente, venían aconsejados por la OMS, la misma organización que promueve las vacunas esterilizadoras, los abortos y la eutanasia6.

Se les ha obligado en las residencias a los mayores a inyectarse una sustancia en fase experimental y que ya se ha llevado por delante la vida de cientos de ancianos. No sólo a ellos, si no a millones de personas, las cuales, como cobayas de laboratorio, corren a ponerse este experimento como si la vida les fuera en ello. Olvidando que la vida tan sólo la da y la quita Dios.

No estamos sólo presenciando ante nuestros ojos prácticas eutanásicas y eugenésicas, si no un verdadero genocidio respaldado por legisladores cuya alma está muerta.

Todo esto sostenido con escalofriantes campañas de propaganda, de censuradores a modo de policías del pensamiento a todos aquellos que no comulguen con las ideas oficiales y ocultando noticias aterradoras de lo que se está realizando a nivel mundial con las inyecciones experimentales.

Si recordamos, lo que se pretendía en los inicios con la eugenesia era buscar un ser humano lo más perfecto posible7. La búsqueda de la perfección es algo que va innato en nosotros. Sin embargo, este término puede ser muy peligroso, pues como comprobamos actualmente, se considera perfecto al que está dentro de unos ideales predeterminados de salud física y mental y de belleza. El resto, son los despreciados y condenados al más cruel ostracismo.

La mejora del ser humano ha de ir en la línea de buscar la perfección dentro del respeto a su propia dignidad. Toda vida es digna de ser vivida y ser respetada.

No podemos dejarnos arrastrar por este indiferentismo ante la cultura de muerte que nos rodea y las ansias de vivir sin sufrimientos. La perfección según las ideas planteadas no existe. Somos seres limitados y gracias a eso, constantemente trabajamos por mejorar, aprendiendo de los errores y aprendiendo a aceptar al otro con sus pecados y errores.

El valor sagrado de la vida humana lo llevamos inscrito en nuestro interior. Por la propia naturaleza humana podemos conocer esta verdad. Cualquier persona puede reconocer que la vida tiene un valor infinito, salvo que en su interior en lugar de brillar la verdad que da el Espíritu Santo, habite el dolor y el sufrimiento. Sólo entonces se puede comprender que haya personas que admitan que unas vidas son válidas y otras se han de despreciar y lo defienden con la ley en la mano8.

Las ideas van y vienen. Si perdemos la referencia de la dignidad suprema dada por Dios del ser humano, somos capaces de aceptar todo aquello que nos introduzcan en la mente sin poder analizarlo críticamente, llegando incluso a defenderlo con entusiasmo y alevosía.

Y no olvidemos que constantemente estamos sometidos a programas de reeducación psíquica y emocional para controlar nuestros pensamientos, hábitos de vida y anhelos, mientras nos entretienen con la cultura del bienestar, el placer y el materialismo.

El juego ha comenzado, las fichas están en el tablero, resistir ante la cultura de la muerte con estrategias humanas en favor de la vida, es la única salida para evitar el “jaque mate” final.

ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

1 https://www.actuall.com/vida/el-rastro-de-la-eugenesia-por-francisco-saavedra/

2 https://buscandorespuestasemet.com/aborto-eugenesia-y-ninos-down/

3 https://actualidad.rt.com/actualidad/view/55187-vinculan-campanas-vacunacion-banco-mundial-control-demografico

4 https://movimientoantinwo.wordpress.com/2020/12/22/bill-gates-en-la-conferencia-ted-2010-disminuir-la-poblacion-mundial-utilizando-las-vacunas/

5 https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20200818/duro-informe-medicos-sin-fronteras-residencias-ancianos-geriatricos-covid19-8079474

6 https://buscandorespuestasemet.com/vacunas-de-la-oms-para-control-de-la-fertilidad-de-las-mujeres/

7 https://buscandorespuestasemet.com/eugenesia-eutanasia-origen-y-desarrollo-hasta-la-actualidad-parte-1/

8 http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae.html

Un comentario en «La eugenesia encubierta en la era covidiana.»
  1. Estoy enterado de todo este Plandemonium y totalmente en contra, me uno a la resistencia. Vivo en Guadalajara Jalisco. México me gustaría conocer algún grupo en mi localidad

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