Customize Consent Preferences

We use cookies to help you navigate efficiently and perform certain functions. You will find detailed information about all cookies under each consent category below.

The cookies that are categorized as "Necessary" are stored on your browser as they are essential for enabling the basic functionalities of the site. ... 

Always Active

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

No cookies to display.

Functional cookies help perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collecting feedback, and other third-party features.

No cookies to display.

Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics such as the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.

No cookies to display.

Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.

No cookies to display.

Advertisement cookies are used to provide visitors with customized advertisements based on the pages you visited previously and to analyze the effectiveness of the ad campaigns.

No cookies to display.

Qué esconde la meditación de la New Age

Conoce la realidad que esconde la meditación de la New Age

Desde hace años se ha puesto de moda un tipo de meditación de profundas raíces budistas, conocidas por diversos nombres como el “mindfulness” o “atención plena” propias de la New Age.

No son pocos los cristianos, que desconocedores de lo que esconde este tipo de meditación, lo practican de un modo similar a lo que supone la oración cristiana. Al principio no se percibe el peligro, pero con el tiempo puede tener terribles consecuencias en nuestra vida, y especialmente para la fe de un cristiano.

Lo primero que hay que distinguir es que la oración y la meditación no son lo mismo.

La meditación consiste en un modo de pensar sobre algo, una situación, acontecimientos o toda nuestra vida en general. Es un modo de encontrarse consigo mismo. Algo muy necesario hoy en día que nos encontramos sumergidos en un ritmo acelerado y con gran ruido a nuestro alrededor que nos impide pensar. Pero junto a la meditación no hemos de olvidar la oración.

Rezar es un encuentro con el Otro que no soy yo, es un salir de mí mismo para tener una relación directa con Dios.

Los cristianos, sabedores de que Dios es nuestro Padre, nos dirigimos a él por medio de la oración, haciéndonos transcender más allá de este mundo material. De esta manera, no solo se puede llegar a experimentar gran sosiego y paz interior, sino discernir la voluntad de Dios en nuestra vida.

Meditar sobre la Palabra de Dios es otro modo en el que los cristianos nos enriquecemos y aumentamos nuestra fe.

Sin embargo, la meditación que se realiza por medio de la New Age, no tiene nada que ver con nuestra relación con Dios.

Las distintas técnicas te van introduciendo en el mundo budista o hinduista, que muy alejado de lo que aparentemente nos muestran con un monje con cara de no haber roto un plato en su vida, encontramos prácticas espirituales que nos pueden introducir en el mundo del ocultismo, esoterismo y el satanismo. Sus raíces tienen relación con las prácticas oscuras de la masonería a finales del siglo XIX

Suena quizás muy exagerado, pero son cada vez más los testimonios y estudios que muestran esta cruda realidad. El aumento de estados de ansiedad y depresión entre los que lo han practicado asiduamente, es la evidencia.

El fin de la meditación del New Age es lograr llegar al Nirvana.

Esto supone desprenderse de nuestro yo, nuestro ser, para fundirnos con otro ser del más allá, una especie de energía. Se enseña a despreciar nuestro cuerpo, lo cual va totalmente en contra de nuestra religión cristiana, pues somos templo del Espíritu Santo.

Esta meditación te va alejando de Dios porque te hace centrarte en ti mismo, en un individualismo egoísta, buscando relax y bienestar alejado del sosiego que nos regala el Espíritu Santo. Pero también te aleja de la aceptación del sufrimiento, es decir de la Cruz. Y un cristiano no puede existir sin cruz, es nuestro signo y lo que nos abre las puertas de la vida Eterna.

En cambio, un budista siempre intentará huir del sufrimiento buscando esa vida terrena placentera, de ahí que ignore el pecado y, sobre todo, a Jesucristo como el Hijo de Dios que nos salva y libra de esa esclavitud.

No somos nosotros por medio de nuestras fuerzas los que podemos llegar a limpiar ese mal. No somos nosotros los que podemos llegar a alcanzar una relajación plena. Solos nos podemos, necesitamos a Dios, nuestro Padre, en nuestra vida, y la meditación de la New Age nos impide llegar a Él.

Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:

ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *