Tanto la identificación personal global -ID 2020 – como la reducción de la población, les han sido encomendadas, por la elite, al multimillonario Bill Gates.
Pero no van de cara, ni lo proclaman en sus medios poderosos de comunicación. Como siempre, todo engaño debe llevar un camuflaje. En este caso, se trata de una pandemia provocada y una vacuna ya preparada de antemano, para lograr los efectos que se persiguen.
Estamos frente al riesgo del mayor genocidio de la historia. Sin embargo, las farmacéuticas ya se han cubierto al hacerle firmar, a los gobiernos, que ellos quedarán exentos de responsabilidad ante cualquier efecto adverso de sus vacunas.
Terrible.
Es así porque en realidad se está fraguando una campaña de horror por medio de la vacunación global. El mayor acto terrorista de toda la historia.
No, no es teoría de la conspiración sino plan deliberado, camuflaje calculado y consecuencias previstas para la infecundación masiva, control poblacional y eliminación de los menos aptos, a través de una eugenesia programada.
Desgraciadamente, la gente ya ha sido hipnotizada para que confíen en sus representantes políticos. A su vez, estos han sido comprados por la elite financiera global, de modo que ahora son deudores y esclavos de esa financiación. De esta forma, quedan a merced de dichas élites. No es nada nuevo.
Por eso, los políticos actuales forman parte de las élites nacionales, colaboracionistas del Nuevo Orden Mundial y de estas medidas expuestas.
No podemos seguir esperando una verdadera ayuda de parte de los políticos, ya que están traicionando a su pueblo, a cambio de partidas de financiación externa. Siempre pensando en su propio beneficio y en el de sus amos.
Así está la cosa.
No caigamos en la trampa. Están ya preparadas para cazarnos, manipularnos y acabar con nuestra capacidad de Resistencia.
La ingeniería social detrás de este plan lleva muchos años de experimentación. Saben cómo drogar a las masas con información engañosa. Tienen todos los medios de comunicación acaparados y financiados, para ir suministrando diariamente una dosis de esa droga con efectos terribles, en forma de paranoia y de temor irracional al contagio.
No caigamos. Y si ya te tragaste el anzuelo, permite que alguien libre te lo saque. Y no te olvides de apagar la televisión. Sin droga se vive mejor.