Se dice que todo se pega menos la hermosura. También, que los árboles son los que te impiden ver el bosque.

Y, sin duda, son refranes muy ciertos. Basta con observar el declive del Parlamento español. Es impresionante la falta de discrepancias en el tratamiento de una pandemia que apenas hace más daño que una gripe estacional. Y lo poco que se critica la sarta de errores y sinsentidos que el gobierno, por cierto más caro de la historia, está cometiendo.

Por otro lado, tenemos a un político retirado, que parece haber visto el bosque después de dejar el Congreso por un tiempo. Me refiero a Albert Rivera. Un político más entre los políticos, sin pena ni gloria y de capacaída en su último tramo como profesional de la política. Y ahora, sin embargo, vuelve a hacer declaraciones y las hace con más sensatez que la mayoría de los que aún están pegados a su escaño.

Y me pregunto si no sería un buen ejercicio despedir por seis meses a todo el Parlamento, para ver si se les caen las escamas de los ojos o salen del hechizo que las élites han ejercido sobre ellos con el coco del coronavirus.

Ahora, Rivera se da cuenta de que España necesita una Resistencia útil. Resistencia que debería estar en el mismo Parlamento, pero que curiosamente ha desaparecido. Y el gobierno saltándose la Constitución, las leyes, la moral de los españoles, el trabajo de todos y gastando la economía que no tiene, a base de amiguismo compra sirvientes.

¿Y nadie reacciona? Si, la derecha lo hace. Pero sólo hasta que sale el coco al salón del Congreso y todos se asustan y se quedan paralizados en sus cómodos y caros asientos. 

Y mientras, nos están robando la libertad, la moral, la cartera, y hasta la vida. Parece que lo único que saben es seguir metiendo miedo hasta que suban las encuestas de cuántos se pondrán la vacuna inútil, de un virus que mata más de miedo que de contagio.

¿Tendrá que ser la sociedad civil la que salve s estos supuestos representantes del pueblo?¿A quien representan, a ellos mismos, a su partido? Porque al pueblo… Pasan totalmente.

O están vendidos todos a las élites pincha vacunas o están cegados por su misma incompetencia.

Y estoy seguro de que hay buenos políticos. Y que si dejaran el Parlamento al menos seis meses, volverían a ver la realidad.

Señores parlamentarios, incluido el gobierno, tómense todos una excedencia de seis a doce meses, sin sueldo, por favor. Quizá estando en casita, o respirando aire de la Sierra, o hablando en el bar con los amigos, se den cuenta de lo inútiles que resultan y la ruina tan absoluta que están causando a este país que les paga.

Y si no se les abren los ojos, por favor, no vuelvan.

Si podemos llevar más de seis meses sin médicos, mucho más podremos prescindir de una política que nos está llevando a la ruina total.

 

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